“Tenés que levantar un poco el ánimo”, me dijo Ana. Lo cual da cuenta de dos cosas muy muy importantes: ¡¡¡¡la primera Ana ya se siente mejor!!! y la segunda me da órdenes jajaja
Pero me salió decirle lo que sentía, como siempre:
“Yo escribo como estoy.”
Estas somos, y que bueno que algo vuelva a sentirse como siempre 😍
Le dije así, No porque no quiera estar mejor, sino porque no quiero mentirme.
Escribo desde donde estoy, y esta semana estoy un poco suspendida. Literalmente.
Me iban a operar otra vez. Y me lo cancelaron a último momento.
Diez meses después de una primera operación por una fractura de tobillo bajando de un cerro.
Una caída que marcó el inicio de un ciclo.
Y ahora, casi un año después, se cierra ese ciclo con otra pausa forzada.
Pasaron muchas cosas en este tiempo. Buenas, difíciles, transformadoras.
Decisiones importantes. Una mudanza. Cambios en el trabajo, en los vínculos, duelos, cambios profundos en mí.
Un año entero, redondo, que coincide con el paso por las cuatro estaciones.
Como si mi cuerpo también se hubiera ido ajustando al ritmo de la naturaleza. Como dice Clarissa Pinkola Estés – autora de Mujeres que corren con los lobos:
“La vida de una mujer no es lineal, es cíclica. Tiene estaciones, como la naturaleza. Hay momentos para florecer, y otros para hibernar, soltar, regenerarse.”
No me gusta romantizar el dolor, pero sí reconocer lo que deja. Como el invierno que empezó este ciclo por ejemplo.
Y este año me dejó algo claro:
que cuidarme no es una tarea más.
Es una decisión diaria.
A veces incómoda.
A veces invisible.
Pero mía.
Creo que esta comunidad cada vez más real entiende, que la vida es todo, mucho de esto, mucho de lo otro, y así vamos, en ciclos:
Jean Shinoda Bolen – médica psiquiatra y autora de Las diosas de cada mujer:
“La sabiduría femenina está profundamente entrelazada con los ritmos de la Tierra. Saber cuándo detenerse, sembrar, crecer o soltar, es parte de una memoria antigua que llevamos dentro.”
Me sale decir la verdad porque confio en nuestras mujeres reales, y porque saben que es algo que nos caracteriza, somos así de imperfectas. Y nuestra invitación es a sumar herramientas para transitar todos los estados sin soltarnos, y yo creo que ambas, tanto Ana como yo, hemos logrado mucho en ese aspecto y las auroras siempre, siempre, nos sostiene. Por ello estamos tan convencidas del poder de la tribu, de hacer red y simpre estamos invitandote asumarte, porque realmente transforma.
Y si esta nota llega hasta vos en un momento parecido, tal vez te sirva saber que no estás sola.
Que no siempre se trata de avanzar, a veces toca sostener.
Respirar. Esperar. Aceptar. Darnos cuenta de en qué momento nos encontramos, cada una:
«Así como la Tierra se prepara para recibir una nueva estación, las personas también transitan ciclos internos que no siempre coinciden con el calendario social, pero sí con pulsos más sutiles del cuerpo, del alma y del tiempo propio.«
Y también mirar con perspectiva:
¿Qué cambió en vos este último año?
¿Qué dejaste atrás?
¿Dónde pusiste más energía de la que tenías?
Quizás también estés cerrando un ciclo. o abriendo otro.
Aunque no haya aplausos ni finales prolijos.
A veces se cierra simplemente con una frase, una amiga, un cuerpo que pide pausa.
Y con eso, alcanza.
Hay que tener en cuenta que todo se ve con el diario del lunes, o del otoño pasado… el proceso que vivimos se escurre, por eso lo mejor es estar presentes y poner todo a cada instante, así en retrospectiva, en la primavera podremos ver lo que sembramos en el invierno.
Abrazo! Marian