Volver al ritmo: escribirnos desde la luna y la pausa

La semana pasada no hubo nota.
Y eso también tiene sentido, no tenía ganas de escribir, me sentía enferma.

Ya cuando me confirmaron el turno de la cirugía, tuve que frenar. Días antes me sentí enferma, el miedo hablaba y lo escuché y me quedé quieta, suspendí cosas, me cuidé. Estuve más quieta, escuché más al cuerpo. Esa pausa, que duró hasta el feriado, me recordó algo que ya venía rondando: no siempre podemos, ni tenemos que, estar produciendo todo el tiempo.

Hace poco escribía que escribo como estoy.
Hoy sumo algo más: escribo como me escucho.

Y esa escucha, después del silencio, me trajo de vuelta al ciclo. A lo que cambia. A lo que pide más tiempo o más calma. A eso que muchas veces ignoramos porque el ritmo externo nos corre, pero que en realidad es parte de nuestra naturaleza.

Esta semana en el Club #lasauroras empezamos a leer Las 4 fases de la luna roja. Un libro que nos conecta con ese saber que tenemos adentro pero que muchas veces no nombramos: que no somos lineales, que hay momentos para sembrar, otros para crecer, y otros para soltar.

Volvi a esta frase de Jean Shinoda Bolen que tengo subrayada hace tiempo y es la segunda vez que les comparto porque seguimos ahondando por este camino:

“La sabiduría femenina está profundamente entrelazada con los ritmos de la Tierra.
Saber cuándo detenerse, sembrar, crecer o soltar, es parte de una memoria antigua que llevamos dentro.”

Y sí, hay algo de eso que vuelve con fuerza cuando una se detiene.
Cuando el cuerpo obliga a bajar un cambio, también aparece espacio para otra voz. Más lenta, más clara.

Por eso este mes vamos a hablar mucho de eso: de la naturaleza, del cuerpo, de los ritmos. Vamos a tejer y a leer con esa mirada cíclica que tanto nos hace falta. No para romantizar la lentitud, sino para entender cuándo es momento de activar y cuándo de descansar.

Volver al ritmo es también volver a una misma. Pero antentas, volver al ritmo propio, no a un ritmo impuesto. Ese es el desafío.
Escucharnos más, exigirnos menos desde los mandatos. De eso mucha charla en el Club este mes, empezamos esta semana con una introducción hermosa y un encuentro donde charlamos, compartimos desde la experiencia y tejimos, mucho tejimos claro, como siempre.

La última mujer que se sumó al Club nos dijo: yo buscaba un refugio y encontré al crochet, y ahora a ustedes, porque yo necesito esto, reunirme con otras. Gracias Valery por tu hermosa participación y sentir.

Gracias por seguir acá. Queriendo ser cada vez más red, más refugio…

—Marian | #lasauroras

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